¿Qué es la innovación abierta y por qué es importante?
Desde hace tiempo somos testigos de múltiples iniciativas que impulsan a la innovación, bajo el supuesto de que ésta es el motor presente y futuro del desarrollo empresarial y económico. Esto es en parte cierto, ya que la creación de soluciones a los grandes problemas de la humanidad encuentra una enorme oportunidad en el desarrollo de organizaciones innovadores. A pesar de lo anterior, la aplicación del concepto tradicional de la innovación no está entregando los resultados esperados a la escala necesaria.
¿Qué es la innovación?
La innovación consiste en la entrega de algo nuevo, valioso (es decir, que alguien lo desee y lo use) a través de la aplicación sistemática de ciencia y tecnología. La innovación es contextualizada, crea movimiento y acción.
Lo anterior nos indica que las ideas que no se concretan en soluciones para la sociedad, no son consideradas como innovación, lo mismo podríamos decir de los inventos que nos son utilizados. Si alguna idea es innovadora, es porque ya está resolviendo alguna necesidad y es por ello que su lanzamiento o implementación se convierten en parte del proceso. La innovación no solo se trata de creatividad y buenas ideas, hay que llevarla a la acción.
¿Qué sucede con la innovación tradicional?
México, por ejemplo, es un país con múltiples iniciativas, proyectos y programas especiales que buscan impulsar la innovación y el emprendimiento. A pesar de los recursos y esfuerzos invertidos, aún se encuentra en el lugar 52 del índice mundial de innovación y el panorama no nos indica que vaya a escalar de manera relevante en los siguientes años. ¿Por qué pensamos esto?
La innovación requiere de conocimiento, ciencia, tecnología, procesos de seguimiento, herramientas, es decir, de múltiples y muchas veces costosos recursos. No todas las organizaciones tienen estos recursos en cantidad suficiente como para lograr que el ciclo de la innovación se complete. De hecho, la innovación tradicional está fuera del alcance de la mayoría de las organizaciones en las economías emergentes, nos referimos a las micro y pequeñas empresas.
En el entorno latino americano, más del 93% de las empresas son micro o pequeñas empresas, mismas que tienen recursos solamente para operar, sobrevivir y solo en algunos casos, crecer. Los procesos de innovación están generalmente fuera de sus posibilidades. Estas empresas emplean a más del 85% del capital humano y generan más del 75% de PIB. Cuando vemos estas cifras, nos damos cuenta que, si bien la innovación tradicional funciona y es necesaria, su impacto económico y por lo tanto en el bienestar social, es marginal, ya que se basa solo en lo que las grandes empresas puedan desarrollar y entregar. Necesitamos un modelo nuevo para innovar.
¿Qué es la innovación abierta?
Ante la necesidad de contar con un modelo diferente de innovación, Henry Chesbrough, académico norteamericano, propuso a principios de este siglo, un modelo de innovación en el que las empresas y organizaciones se asocian para innovar conjuntamente, compartiendo recursos, co-creando soluciones y recibiendo los beneficios de este proceso. A este modelo se le conoce como Innovación Abierta.
En la innovación abierta, las organizaciones se asocian compartiendo recursos, satisfaciendo necesidades, asumiendo conjuntamente los riesgos y siendo conjuntamente beneficiarios de los resultados.
La innovación abierta requiere que las organizaciones colaboren en redes de creación de valor, en las cuales comparten los recursos que tienen y generen valor, como sucede en los ecosistemas. Lo anterior baja considerablemente los costos y pone a disposición de las organizaciones micro y pequeñas los beneficios de innovar, crecer y competir. La innovación abierta tiene un impacto en los sectores productivos y sociales más importantes del mundo.
¿Qué es lo que sigue?
La innovación abierta requiere de cambios en los paradigmas de pensamiento y de hacer negocios. Requiere de un pensamiento colaborativo y con visión de bienestar común, pensaiento ya que está teniendo éxito en economías como la keniana, nicaragüense, colombiana y mexicana. Este tipo de innovación impacta a ese 93% de las organizaciones que históricamente han estado fuera del juego de la innovación.
Pero para que esto funcione, es necesario que los principales actores de los ecosistemas se activen coordinadamente para detonar lo que hemos denominado ecosistemas (y que abordaremos en un posterior artículo): estamos hablando del gobierno, las universidades y las cámaras empresariales. Todos ellos son esenciales para que estas iniciativas se detonen y sean sustentables en el largo plazo.
La innovación abierta se presenta como una solución viable en el entorno actual: es incluyente, busca la equidad y derrama beneficios en los diferentes actores de la sociedad: empresas, organizaciones, estudiantes y ciudadanos. Trabajemos para que esta idea siga floreciendo.
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