Por: Roberto Osorno
05 de febrero de 2022
En las economías emergentes, se requiere de un modelo de innovación diferente. En el año 2003 Henry Chesbrough, un profesor de la Universidad de Berkeley, propuso un modelo de innovación diferente al tradicional, llamándolo Innovación Abierta; podemos decir que este profesor propuso una innovación sobre el proceso de innovación conocido hasta entonces. Y, ¿en qué consiste esta propuesta?
Tradicionalmente se reconoce que el proceso de innovación tiene tres grandes etapas: la investigación y desarrollo, las pruebas de la solución y el lanzamiento al mercado. Este proceso tiene como entrada tanto las necesidades como la ciencia y tecnología disponibles para resolverlo; y como salida tiene la necesidad resuelta por productos y servicios que van al mercado. Se generan resultados valiosos para mejorar la innovación, por lo que las salidas se convierten nuevamente en una entrada para el proceso. Dicho proceso, también conocido como innovación cerrada, está a cargo de una organización, por lo que los recursos, riesgos y beneficios están enteramente a su cargo.
El profesor Chesborugh tuvo a mi parecer una idea genial por la simplicidad de ésta y las implicaciones que tuvo. La simplicidad consistió en imaginar el proceso de innovación con múltiples aperturas para permitir el flujo de entrada y de salida de recursos. Estas aperturas permiten que algunos recursos que no tiene la empresa provengan de otro lugar; y que algunos recursos que se producen durante la innovación y que no son indispensables para ésta, pero que pueden ser útiles para alguna otra organización, puedan ser aprovechados.
Una pregunta que surge al momento de observar la propuesta de innovación abierta es, ¿desde dónde provienen los recursos que entran? Y, ¿hacia dónde van los recursos que salen? La respuesta no es compleja de deducir, aunque a veces sí lo es para implementar: provienen de otras organizaciones que se asocian para compartir recursos, riesgos y los beneficios de los resultados. Esta propuesta tiene consecuencias muy importantes en la innovación, pues sugiere que el proceso, que antes estaba a cargo de una sola organización, ahora pueda recibir recursos externos y compartir los propios para poder innovar con otras organizaciones.
En la innovación abierta, las organizaciones se conectan en un proceso conocido como co-creación, para que conjuntamente aborden problemas o necesidades a atender, compartan los recursos que tienen (el conocimiento es uno de los más importantes), y encuentren soluciones que entreguen valor tanto a los beneficiarios como a las organizaciones que participan.
Pongamos un ejemplo. Una pequeña empresa suele carecer de recursos para tener laboratorios y alta tecnología que le permita probar sus productos. Por otro lado, en muchas universidades se tienen laboratorios que no son utilizados por largos períodos de tiempo, por ejemplo, durante las vacaciones. Además, las universidades suelen buscar escenarios reales en donde los estudiantes puedan interactuar para prepararse profesionalmente, y dichos escenarios suelen estar presentes todos los días en las empresas, pequeñas y grandes. ¿Será posible entonces conectar a esta empresa con una universidad para que conjuntamente aborden un problema y obtengan beneficios de ello? Evidentemente es posible; podremos argumentar que esta idea no es nueva, pues la colaboración universidad-empresa no es exclusiva de la innovación abierta. Por lo tanto, ¿cuál es la diferencia?
En algunos modelos de colaboración tradicional, como el de la universidad-empresa que hemos puesto como ejemplo, los estudiantes trabajan para la empresa buscando aprendizaje y desarrollo. En la innovación abierta, los estudiantes (es decir, la universidad) y la empresa se asocian para producir algo nuevo, y usan los recursos que tienen disponibles. La universidad puede proporcionar el talento universitario (que no es mano de obra barata), laboratorios, investigadores, y en general ciencia y tecnología. En tanto, la empresa proporciona problemáticas actualizadas para resolver, conocimiento acerca del medio y del mercado, sus propias instalaciones y su conocimiento y experiencia, que son sumamente importantes. En este proceso, ambas organizaciones ponen sus recursos en juego para lograr conjuntamente un beneficio: la innovación.
Las conexiones que se dan para lograr la innovación abierta no solo son en duplas, sino que múltiples organizaciones pueden conectarse para intercambiar conocimiento, capital, talento, instalaciones, maquinaria, ciencia y tecnología. Estas conexiones crean redes en las que los actores co-crean para lograr objetivos comunes relacionados con el bienestar, no solamente de una organización, sino de todas las partes participando. En la innovación abierta es necesario crear redes de co-creación, mejor conocidas como Ecosistemas.
La innovación abierta viene a llenar un vacío crucial que la innovación tradicional no lograba llenar, y consiste en que la innovación abierta es accesible a las organizaciones de menor tamaño con recursos reducidos, lo que es un escenario bastante común en las economías emergentes. La innovación abierta no reemplaza a la innovación tradicional, sino que convive para que las empresas y organizaciones puedan competir, prosperar y aportar a un crecimiento sostenible.
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