Por: Dr. Hugo Briseño Ramírez
Si eres muy joven, varias de las cosas que te contaré no te serán familiares. Quizás, has escuchado hablar de la polémica presa “El Zapotillo”, su altura, su planeada derivación a la presa “El Purgatorio”, y la posible inundación del poblado de Temacapulín (existe desde el 2007 a la actualidad). Pero, si tienes más edad, habrás escuchado otros debates respecto al suministro de agua en Guadalajara, como son la presa de Arcediano (cancelada en 2009), el acueducto Chapala – Guadalajara II (cancelado en 2012), el crédito japonés para construir un acueducto de la presa “El Salto” a la presa “Calderón”, además de un proyecto de eficiencia (cancelado en 2001), y el ambicioso Sistema “La Zurda-Calderón” (solo se construyó la presa de “Calderón” en 1991). El último gran proyecto de suministro para nuestra ciudad es el Acueducto Chapala – Guadalajara, inaugurado en 1992. Los demás proyectos mencionados, fueron postergados o cancelados.
Gran cantidad de nombres, varias fechas, bastante alboroto y acaloradas discusiones. Pero sobretodo, mucho dinero tirado a la basura. Si conoces esta historia, comprendo tu malestar; si no la conoces, no te preocupes, te la cuento en dos palabras: POLITIZACIÓN e INVIABILIDAD (y la primera lleva a la segunda). Se ha buscado lo que genera dividendos electorales o lo que merma políticamente al adversario. No obstante, la sustentabilidad y el futuro de la ciudad, ¡bien, gracias!
A esta historia le podemos poner los nombres o colores que queramos. Mientras se es oposición, se bloquea cualquier iniciativa muchas veces sin argumentos sólidos y técnicos. En cambio, cuando se es gobierno, se proponen soluciones llenas de inviabilidades. Las discusiones, totalmente infructuosas.
Mientras tanto, el agua se acaba. Habrás escuchado que la presa de “Calderón”, que aporta el 14% de agua a la ZMG, se seca. ¿Qué nos queda ahora? Una “Chapala-dependencia” (más del 60% del suministro) y pozos profundos, que aportaban lo restante. ¿Qué pasará si falla el acueducto…? Mejor cambiemos de tema.
No quiero ser pesimista, sino más bien realista y enérgico. Mientras la política sea la que impere en las decisiones sobre el agua, no llegaremos a buen puerto. Y seguramente surgirá la pregunta natural… ¿Y qué propones?
Primero que nada, señalar que no me considero ni a favor ni en contra de las grandes obras hidráulicas. Me parece que sí son necesarias, deben de llevarse a cabo y siempre tendrán daños colaterales. Lo que se debe argumentar técnicamente es que los beneficios claramente superen los perjuicios. Sin embargo, ¿para qué traer más agua si se va a tirar? Mencionado lo anterior, expongo brevemente algunas sugerencias:
1) Darle al agua el valor que se merece. Aunque no se refleje realmente en el precio, gastar agua debe doler en el bolsillo. Quiero dejar claro que se debe proteger a la población económicamente vulnerable; pero quien pueda pagar, que pague. Una tarifa adecuada tiene dos beneficios: reduce la cantidad demandada (se manda un mensaje a la población para que disminuya y valore su consumo) y genera recursos para que los organismos operadores puedan rehabilitar las redes de distribución (tapar fugas).
2) Cobrar el agua. De nada sirve tener una tarifa adecuada si no se va a cobrar. Es importante que, tanto la población como los comercios, paguen por el agua, y si no pagan, que sean sancionados; insisto, protegiendo a la población vulnerable.
3) Mejorar la red de distribución de agua. Es lo que no se ve, ni genera votos, pero es lo más importante. Gran cantidad del agua que entra al sistema se pierde por las fugas. Hay quienes minimizan el tema y hay quienes lo exageran, señalando que se va al subsuelo cerca de la mitad del agua que entra en las tuberías.
En conclusión, hay mucho por hacer en cuanto a la administración del sistema antes de hacer grandes obras. Sin embargo, si estas obras son necesarias, deben llevarse a cabo asegurando su factibilidad para no derrochar recursos. Y, lo más importante, asegurando que mejoren la situación de quienes reciban los daños colaterales (que sean muy bien compensados). Hago un atento llamado a las autoridades a despolitizar este tema tan importante para poner manos a la obra, pues ya nos alcanzó la realidad. Guadalajara: ¡Aguas que se acaba el agua!
Dr. Hugo Briseño Ramírez
hbriseno@up.edu.mx
Profesor Investigador de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales
de la Universidad Panamericana Campus Guadalajara
Publicación en el periódico “El Informador” con motivo del Día Internacional del Agua
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