por Roberto Osorno Liz
En los últimos años, la accesibilidad a la información que se ha ido creando alrededor del internet ha provocado que el número de usuarios aumente exponencialmente. En México, datos de la Secretaria de Comunicación y Transporte reportan que en 2019 más de 80 millones de mexicanos contaron con acceso a internet y a un teléfono móvil, siendo más del 70% de la población del país. Esta cifra creció 4.3 puntos porcentuales con respecto a la registrada en 2018 y 12.7 puntos porcentuales con respecto a la de 2015. En el mundo, se estima que más del 50% de la población cuenta con acceso a internet, representando a más de 3,900 millones de personas.
Los servicios que han surgido alrededor del internet en la revolución digital, han tenido un impacto significativo en muchos de los procesos que llevamos a cabo como individuos y como sociedad. Desde el consumo e intercambio de valor, hasta procesos de aprendizaje e intercambio de información, estos procesos se han vuelto más accesibles gracias a cómo se manejan los datos y la información; ahora todo está en “la nube”.
Pero, ¿qué es la nube? Técnicamente hablando, es una red mundial de servidores remotos que funcionan como único ecosistema. Lo que realmente está ocurriendo al acceder a los datos en la nube de determinada aplicación es que, a través de un protocolo de comunicación (asociado normalmente con el internet), accedes a una serie de computadoras de la empresa que mantiene esa aplicación. Estas computadoras se encuentran en un espacio físico en alguna región del mundo, y se les conoce comúnmente como servidores.
Cuando se trata de almacenar grandes cantidades de información, se necesitan también grandes cantidades de hardware para almacenarla, es decir, muchas computadoras. El espacio físico donde se encuentran los servidores se le conoce como Data Center (DC), o centros de datos. Estos centros de datos generalmente deben contar con un ambiente controlado constante y óptimo para el correcto funcionamiento de los servidores, por lo que mantener un DC conlleva a un costo monetario alto para la empresa.
Sin embargo, la empresa multinacional Microsoft, parece haber dado con una solución al problema del mantenimiento de los servidores que, además, puede traer consigo ventajas como el uso de energías renovables para su funcionamiento y la accesibilidad para algunas regiones del mundo.
Se trata del proyecto Natik, que a grandes rasgos, consiste en colocar un Data Center debajo del agua con el objetivo de reducir costos de mantenimiento y situarlo en un ambiente relativamente más estable que en tierra firme. No obstante, no es la única ventaja que trae consigo este ambicioso proyecto. De acuerdo con John Roach, escritor y editor de Microsoft, colocar centros de datos en cuerpos de agua cercanos a ciudades costeras, puede traer consigo una navegación en la web, transmisión de video y juegos en línea más rápidos y fluidos. De la misma forma, el proyecto está pensado para utilizar energía renovable dada por las corrientes marinas, este objetivo no solo se basa en buscar soluciones para los problemas de sustentabilidad y costo de mantenimiento, también busca la posibilidad de que los DC puedan ser desplegados en cualquier lugar dentro del alcance de una tubería de datos, permitiendo llevar servicios de la nube a regiones del mundo con electricidad poco confiable.
En 2018, Microsoft colocó el centro de datos Northern Isles, conformado por 864 servidores, a 117 pies debajo del agua, cerca de una isla en Escocia. Dos años después, el 9 de julio, la empresa recupero el centro de datos, y junto con ello los resultados de la experimentación. Esta primera fase del proyecto concluyó que los objetivos e hipótesis de Natik (las cuales establecían de forma general que al colocar los DC bajo el agua se presentarían menos problemáticas) son correctos, Northern Isles tenía una tasa de errores de 1/8 en relación al grupo de control situado en tierra. También se demostró una mejora en el tiempo de implementación y despliegue del centro de datos. Asimismo, mientras que en tierra un centro de datos puede tardar hasta dos años en implementarse (debido a los procesos de acondicionamiento del espacio), los centros de datos submarinos pueden implementarse en solo 90 días.
Gracias a este proyecto, la creciente problemática del almacenamiento de la información ha encontrado una solución. Esto no solo desemboca en beneficios para la empresa, sino también en beneficios ambientales y sociales, que acercan un poco más al gigante tecnológico a su objetivo: brindarle mayor poder a la gente a través de un excelente software– en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier dispositivo.
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