Lo que empezó aparentemente en un mercado chino, tiene hoy en alerta a países enteros como Italia, Estados Unidos y España. Las universidades Harvard y Fordham se preparan para cerrar sus instalaciones, gobiernos estudian estadísticas y preparan sus sistemas para la contingencia casi inevitable.
Cifras e información van y vienen, los ciudadanos buscan conocer el estado de las cosas y tomar sus propias precauciones. En algunos casos se exagera, en otros se desestima el impacto de esta pandemia. Hasta el momento el centro de información del hospital Johns Hopkins* reporta un total 118,096 casos en el mundo, con 4,262 muertes y 64,391 recuperaciones. Los adultos mayores se presentan como el grupo más vulnerable, junto con los sectores sociales que no tienen acceso a servicios de salud de calidad. Como suele suceder, esta pandemia cobrará su mayor cantidad de víctimas entre la población más desfavorecida del planeta.
Tres situaciones nos llaman la atención sobre este fenómeno pandémico: (1) por primera vez en la historia de la humanidad, una red internacional de centros de investigación descifró conjuntamente el nuevo virus. Lo que nos muestra el potencial que tienen estas crecientes redes en el mundo, pudiendo esperar resultados en la salud mucho más rápidos y efectivos; (2) la velocidad de transmisión y la tasa de contagio presenta desafíos importantes no solo a las personas, que en su mayoría se recuperan, sino a los sistemas de salud, que pueden verse rebasados, como sucedió en la ciudad de Wuhan, en donde los servicios públicos colapsaron ante la ola de casos de contagio.
La tercera situación, es que esta pandemia está siendo aprovechada por grupos que buscan, por ejemplo, inhibir la inmigración o detener las manifestaciones en las calles (afortunadamente en México solo hay 7 casos por lo que los movimientos del 8M no fueron afectados). En el oriente, los grupos inconformes se fueron a sus casas, lo mismo puede anticiparse en Centro América y el Caribe. Una conveniente desaceleración del crecimiento de la economía China es otro efecto favorable a los países occidentales, como EU, que perdía rápidamente terreno frente al avance tecnológico en comunicaciones (5G) y en telefonía móvil.
La pandemia dejará muchos más perdedores, pero definitivamente hay claros ganadores que, ante la oportunidad presentada, manejan las agendas políticas y económicas del mundo. En México tenemos experiencia a partir de crisis como la detonada por el H1N1A. Sin embargo, es necesario que estemos preparados, que las empresas y organizaciones tengan listos sus planes de contingencia pues, es altamente probable que los mexicanos pasemos unos días en casa y evitemos las concentraciones de personas. Italia, España y el estado de Nueva York pueden presentar lo que enfrentaremos en el corto plazo en nuestro país.
¿Cómo prevenimos el contagio? Mantente informado a través de medios confiables, no propagues el chisme, no te dejes llevar por el pánico… y lávate las manos.
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